Los protagonistas de la historia agraria de la Huerta de Valencia van haciéndose viejos sin que hasta ahora nadie se haya ocupado de recoger, ordenar y divulgar sus recuerdos y experiencias.
Este formidable caudal de saberes, indispensable para entender estos paisajes culturales del agua, es el objeto de Artxiviu de l’Horta, un proyecto que indaga en esta memoria y esta realidad, y que pretende ser archivo y vehículo de conocimiento, conservación y creación.
Archivo, arte, vida
Artxiviu es un acrónimo que reúne tres conceptos básicos: archivo, arte y vida. Es un proyecto creativo que pretende fomentar la elaboración y difusión de contenidos culturales relacionados con la memoria y la realidad de la Huerta de Valencia, un espacio territorial cargado de singularidades. Es también un grupo de trabajo abierto, un grupo de personas que contemplan las prácticas artísticas como parte esencial de los procesos creativos, considerando igualmente los valores documental, cultural y antropológico.
Por un lado, como archivo vivo de la memoria de la gente de la Huerta de Valencia, pretende ser una herramienta de búsqueda, registro, catalogación y difusión de su cultura y su conocimiento. Por el otro, quiere ser un instrumento que estimule la experimentación y la creación alrededor de esta realidad.
Artxiviu es también un lugar de encuentro de iniciativas desarrolladas en espacios agrícolas y culturales similares, un lugar de intercambio y conexión con otros sistemas y paisajes vinculados con el agua y el regadío tradicional.
Por último, es punto de partida de diferentes iniciativas de formación y participación, iniciativas que fomenten la creación de contenidos culturales, que generen y difundan conocimientos alrededor de la Huerta de Valencia, y que puedan ser útiles y servir de modelo en espacios territoriales y paisajes afines.
La Huerta de Valencia
Las comarcas de l’Horta de Valencia, situadas en el tramo final del río Turia, al lado del mar Mediterráneo, abrigan una de las pocas huertas periurbanas históricas que todavía subsisten en Europa. Este escenario del regadío tradicional valenciano, que se entremezcla de manera intermitente con la ciudad de Valencia y los diferentes pueblos de su área metropolitana, sigue manteniendo una notable actividad cultural y económica vinculada a su origen agrícola.
La Huerta de Valencia ocupa más de seiscientos kilómetros cuadrados y acoge cerca de cincuenta municipios con más de un millón y medio de habitantes. Este territorio queda integrado en diez comunidades de regantes que se reparten el agua de riego en dos grandes sistemas hidráulicos. Por un lado se encuentra la Real Acequia de Moncada, la mayor de toda la Huerta, cuyo perímetro de riego domina el espacio periurbano al norte de la ciudad de Valencia. Y por otro lado están las diferentes acequias de la Vega —Mestalla, Tormos, Rascanya, Favara, Quart, Xirivella, Benàger i Faitanar, y Rovella—, que, unidas, forman el Tribunal de las Aguas, institución centenaria de justicia y derecho de aguas reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
A pesar del peso que tiene la comarca en la memoria y la identidad de la sociedad valenciana y el interés de este territorio cargado de singularidades, la Huerta es un espacio amenazado por múltiples factores. Entre ellos, la práctica desaparición del relevo generacional al medio agrícola, lo cual ha dado lugar a una profunda fractura intergeneracional. Gran parte de este patrimonio inmaterial, de los conocimientos y ‘ecosaberes’ de los habitantes de mayor edad, no pasa a las siguientes generaciones y está perdiéndose de manera irreversible. Un proceso de pérdida acelerado que se ha hecho especialmente patente durante los primeros años del siglo XXI.